Conoce las razones por las que debes desconectarte al menos una vez a la semana
Estos últimos dos años no han sido fácil para nadie, hemos perdido seres queridos, el trabajo, negocios, vivimos un encierro y miles de noticias en los medios públicos que nos llenaron de más incertidumbre.
Por eso no es nada raro, que en la actualidad nos sintamos cansados física y mentalmente. Si sientes que tu día a día te lleva por delante y quieres empezar a cuidarte más, a vivir de forma más pausada y consciente, ¡enhorabuena!, sólo necesitas crear tu pequeño momento diario de desconexión.
Hoy te mostramos siete razones por las cuales debes parar, tomarte un té y desconectarte:
- Desconectar para reconectar. Cuando desconectas de todo lo externo consigues conectar contigo misma, crear un espacio de autoobservación y de escucha consciente desde la calma. Cuando el ruido exterior se apaga, cuando desconectas de las pantallas y los estímulos externos, puedes ver y sentir cómo estás y qué necesitas.
- El valor del tiempo para ti. Dedicarte tiempo a ti misma haciendo cosas que te gusten y te hagan sentir bien te ayudará a desconectar de la fuente de estrés, lo que permitirá gestionar adecuadamente tus emociones, sobre todo las negativas.
- Entras en modo zen. Que tu mente se ponga en “modo zen o contemplativo” te ayudará a desarrollar tus capacidades, a ser más creativa, a “salir del bosque de tus pensamientos” y ver las cosas desde fuera, con perspectiva, para encontrar soluciones y respuestas. ¿Sabías que cuando somos más creativos es cuando paramos?
- Calmas tu sistema nervioso. Parar y desconectar de tus obligaciones diarias permite que tu sistema nervioso se calme y se restaure, que tu frecuencia cardiaca baje y tu respiración se normalice, lo que también te ayudará a dormir mejor, a no irte a la cama con un exceso de estrés físico y mental que te impedirá descansar bien.
- Produces endorfinas. Tener momentos de desconexión que incluyan actividades o hábitos que te hagan disfrutar y sentir bien te ayudará a producir endorfinas y serotonina, hormonas del bienestar que contrarrestan al cortisol, la hormona del estrés, que ataca a tu sistema inmune y además te envejece.
- La magia del movimiento. Parar y aprovechar para caminar, estirarte o hacer algo de ejercicio será un antes y un después para tu espalda, tu forma física, tu nivel de energía, tu aspecto y hasta tu peso. En definitiva, mejorará tu calidad de vida en todos los sentidos.
- Más felicidad. Parar para hacer algo que te resulte agradable te ayudará a aumentar tu sensación de felicidad, que se asocia más con momentos y experiencias de bienestar que con la posesión de cosas materiales. ¿Cómo conseguirlo? Creando tu propia rutina diaria de bienestar. Decidir parar, ponerle freno a tu día a día y tomarte un momento sólo para ti es algo muy empoderador. Subirá tu autoestima y te hará sentir que tienes el control de tu vida y no al revés.