Pequeñas medidas cotidianas pueden tener un gran impacto en tu huella hídrica doméstica. Lo notarás, incluso, en tu factura mensual.
EN EL BAÑO:
- En la ducha, recoge en un cubo el agua hasta que salga caliente.
- Instala grifos economizadores (hasta 50% de ahorro) en la cocina y en el baño.
- No dejes correr el agua mientras te enjabonas en la ducha o mientras te lavas las manos o los dientes.
- Toma duchas breves (no más de 5 min) y utiliza un cabezal de bajo flujo.
- No tires por el inodoro productos de higiene o restos de comida.
- Repara cualquier goteo o fuga (una cisterna con pérdidas puede suponer 200.000 litros de agua derrochada al año).
EN LA COCINA:
- Aprovecha el agua de lavar las verduras para regar.
- Recicla el aceite usado, no lo eches nunca por el desagüe, y evita los detergentes con fosfatos, ya que todo esto contamina mucho las aguas.
- Elige electrodomésticos de máxima eficiencia (40% de ahorro).
- Al poner la lavadora o el lavavajillas, selecciona programas eco o cortos (hasta un 20% de ahorro).
- Descongela en el frigorífico, no bajo el grifo (unos 20 litros de ahorro por cada alimento).
EN EL JARDÍN O TERRAZA:
- Recoge el agua de lluvia en depósitos.
- Agrupa las plantas según sus necesidades de riego.
- Aplica el riego por goteo.
- Elige plantas autóctonas.
- El césped aumenta un 50% el consumo de agua.
- Pon cortezas de pino en las macetas.