Se acabaron las vacaciones y los niños regresan al colegio, aquí les planteamos algunos consejos para que se mantengan saludables y felices.
1. Priorice lo básico: sueño, ejercicio y nutrición
Comience con lo básico, asegurándose de que los niños obtengan comidas nutritivas, sueño suficiente y actividad física. Todo esto es clave para el éxito académico y social. Los estudios muestran que los niños que comen un desayuno nutritivo funcionan mejor en el colegio. Incluir en el desayuno y loncheras una proteína, un carbohidrato y siempre una fruta. Evitar dulces y comidas procesadas.
Dormir lo suficiente también es fundamental para mantenerse saludable y progresar en el colegio. No dormir lo suficiente puede afectar la memoria, la concentración, la creatividad y el aprendizaje. De hecho, la falta de sueño está relacionada con un menor rendimiento académico, asistencia escolar y tardanzas.
2. Manténgase al día con vacunas y chequeos
Si su hijo no ha tenido un chequeo médico de niño sano en el último año, programe un examen físico previo al regreso al colegio que incluye las vacunas necesarias. Si va a practicar un deporte, asegúrese de obtener un examen previo a la participación deportiva. Su pediatra puede ayudarlo a actualizar cualquier formulario que la escuela de su hijo pueda necesitar en caso de una emergencia médica.
La forma más efectiva de proteger a los niños cuando regresan al colegio es asegurarse de que estén al día con todas sus vacunas. Hemos visto una disminución en las tasas de vacunación a nivel nacional y nos preocupan los posibles brotes de enfermedades potencialmente mortales.
3. Esté atento a la salud mental de su hijo
Muchos niños y adolescentes han experimentado problemas de salud mental en los últimos años. Es importante hacerles saber que está bien hablar sobre cómo se sienten, y haga que sea seguro para ellos discutir temas difíciles con usted. Los niños a menudo evitan hablar de temas delicados, especialmente si creen que van a ser juzgados, sermoneados o castigados. Si aún no lo ha dejado claro, dígale a su hijo que puede contarle cualquier cosa. Enfatice que estas conversaciones se llevarán a cabo en una zona libre de juicios y realmente escuche lo que su hijo tiene para decir.
Esté atento a cualquier cambio en el comportamiento que le preocupe o cualquier signo de ansiedad, depresión o angustia. Si tiene un arma de fuego en su casa, asegúrese de guardarla bajo llave y guardar las municiones por separado. El riesgo de suicidio es mayor para los niños y adolescentes que viven en un hogar donde las armas se almacenan cargadas o desbloqueadas.
Trate de priorizar las comidas familiares y los descansos para el cuidado personal, como caminar juntos. Estas pueden ser grandes oportunidades para hablar. Pregúntele a su pediatra si no está seguro si su hijo necesita ayuda o cómo iniciar una conversación. Las escuelas también pueden ofrecer fuentes de apoyo para la salud mental.
4. Hable sobre racismo, acoso y amabilidad
Hable con su hijo sobre el racismo y el odio. Anime a los niños a buscar ayuda de un adulto de confianza si son discriminados o son testigos de un acto de intimidación o discriminación contra otros. Enfatice el valor de tratar a los demás con respeto y cómo los simples actos de amabilidad o bondad pueden marcar una gran diferencia. De hecho, la investigación muestra que la amabilidad puede reducir el estrés y ofrecer beneficios para la salud para todos.
5. Planifique el uso consciente de las pantallas
El cambio de rutina es un buen momento para crear o actualizar su plan de consumo familiar de pantallas para que pueda ayudar a su hijo a equilibrar el tiempo frente a la pantalla con el sueño, el ejercicio y otras actividades saludables. Ayude a sus hijos a elegir programas o videojuegos de alta calidad y ayúdeles a reconocer sitios que promuevan información falsa.
Este también es un buen momento para entablar conversaciones con su hijo sobre si usan y cómo usan las redes sociales, lo que puede ser beneficioso pero también problemático para algunos. Todavía estamos aprendiendo sobre las formas en que las redes sociales pueden afectar la salud humana, especialmente entre niños y adolescentes. (Consulte “Las redes sociales y la salud mental de su hijo: qué dice la investigación científica”).
Recuerde
Los niños son resilientes y pueden superar muchos desafíos con la ayuda de adultos de confianza que los rodeen. Hable con su pediatra si tiene alguna pregunta o inquietud acerca de su hijo, incluidos los cambios en la salud mental o conductual. Preste atención a cualquier cambio notable en el sueño, el peso, los hábitos alimenticios u otros patrones cotidianos.